Corresponde a fines del siglo XVII y buena parte del XVIII. El gran propulsor de la escuela cusqueña fue el obispo del Cusco Manuel de Mollinedo y Angulo quien llegó en 1673. Su obra fue la reconstrucción de las iglesias dañadas por el terremoto de 1650, con tal propósito se hizo la re-decoración total de la catedral.
Tiene como característica representar paisajes que no son andinos, sino más bien fondos paradisiacos marinos o boscosos.
La vestimenta de los personajes es revestida con algunas líneas finas de oro. Una creación cusqueña es la representación arcángeles arcabuceros. El arcabuz está asociado al sonido del trueno, que además fue considerado un dios andino.
El éxito fue tal que en el segundo tercio del siglo XVIII los talleres produjeron obras religiosas en serie. La difusión alcanzó desde Santiago de Chile y La Plata hasta Trujillo y Cajamarca y en algunos casos hasta México.
Fundadores de la Escuela Cusqueña
Bernardo Bitti (1548 – 1610)
Fue además de pintor sacerdote jesuita. Llegó al Perú en 1575. No era manierista sino de un estilo “contra maniera” y “anti maniera”. Su obra cumbre fue “Coronación de la Virgen” (1580), se exhibe en la iglesia San Pedro. En 1592 se encuentra con Mateo Pérez de Alesio, de quien recibe la influencia de pintar las “madonas”.
Los Maestros Indígenas
Diego Quispe Tito (1611 – 1681) Procedía de una noble familia autóctona establecida en el barrio de San Sebastián. Pintó la serie del zodiaco (1681) para la catedral cusqueña, pero sólo se han conservado ocho, posiblemente porque el artista murió antes de culminar su obra.Basilio de Santa Cruz Pumacallao (1661 – 1700)
En 1667 participó en la ejecución de la serie sobre la vida de San Francisco de Asis para el convento Franciscano en Cusco, esta obra fue elogiada por el virrey conde de Lemos.
En 1690, el obispo Mollinedo lo designa para hacerse cargo de las obras de decoración de la Catedral.
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