Está ubicado a 2 764 m.s.n.m. y a sólo 200 metros de la Plaza de Armas de Cajamarca. Está colina es el mirador natural de toda la ciudad de Cajamarca. El cerro es un afloramiento de roca tobácea traquÃtica de la era terciaria, de color blanquecino y dureza relativamente baja. La ocupación más temprana de la colina corresponde a la fase Torrecitas (1 200 a.C.) por entonces se modificó su cima, construyéndose una plataforma y algunas estructuras subterráneas que al parecer servÃan como tumbas.
A partir del siglo VII a.C. y durante todo el desarrollo de la civilización Cajamarca, la colina estuvo dedicada al culto a los muertos. Se construyeron algunas tumbas de personajes importantes, a la vez que se mantuvo el carácter sagrado del sitio. A fines del siglo XIV y antes de la conquista Inca de Cajamarca, el cerro aparecÃa ya como una fortificación. HabÃa sido amurallado y recortado en varios sectores de su ascenso, a la vez que en su cima se levantaban algunas estructuras poco elevadas. Originalmente debió de tratarse de una plataforma sobre la que se levantó un mochadero en cuyo interior se encontraban varias cámaras subterráneas. Asà la conocieron los españoles. Se dice que allà se levantaba el santuario de la Serpiente, que los Incas respetaron e incorporaron a su panteón.
Hacia 1560 los frailes franciscanos iniciaron su destrucción, utilizando el material para edificar su iglesia y convento. En 1571 se construyó en la cima una capilla en honor a Santa Apolonia. La capilla actual está dedicada a la virgen de Fátima y fue construida en 1954.
Las llamadas Sillas del Inca son dos piedras talladas probablemente durante el perÃodo de la cultura Cajamarca, como altares propiciatorios de carácter agrÃcola. Luego de visitar la colina se pueden hacer compras en las tiendas de artesanÃas que se ubican en la calle Dos de mayo.
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