La Pava Aliblanca es una especie que está en peligro de extinción.
Su nombre científico es Penelope albipennis. La pava pesa alrededor de 1.5 kilogramos y mide 56 cm. de la cabeza a la cola. Se alimenta de frutos, flores, semillas y hojas. Habita cerca de los manantiales y quebradas. Se encuentra en el bosque seco, en las regiones de Piura, Lambayeque y Cajamarca, entre los 300 y 1100 metros de altitud aunque se han visto también a 1400 metros.
El macho y la hembra son muy similares en su aspecto físico. Alcanzan la madurez sexual a los 3 años y tienen una pareja de por vida.
Se reproducen durante la época de lluvia (diciembre-marzo), asegurando
alimento y cobertura apropiada para sus polluelos. Pone de 1 a 3 huevos (generalmente 2) al año y la incubación dura 30 días.
Por mucho tiempo se pensó que la Pava Aliblanca había desaparecido para siempre, pues la última información de su existencia fue hecha por Ladislao Taczanowsky, en la Isla Condesa, en los manglares de Santa Lucía,, delta fluvial del río Tumbes.
Se la había buscado por mucho tiempo por los manglares de Tumbes, pero sin éxito, hasta que en 1977 el conservacionista Gustavo del Solar conducido por el campesino Sebastián Chinchay logró divisar a la pava aliblanca en la quebrada de San Isidro, ubicada en la hacienda Pabur, en Piura. Después de 100 años de ausencia de datos científicos por fin se la volvía a encontrar. Este fue un acontecimiento que tuvo una difusión mundial.
La fundación Backus está apoyando a su conservación a través de la Asociación Cracidae Perú en el zoo criadero de Bárbara D`Achille. Desde el año 2001 se ha iniciado un proceso de reintroducción de los ejemplares nacidos en cautiverio a su habitad original, en el área de conservación privada de Chaparrí. Se calcula que en total deben existir unos 300 ejemplares en todo el Perú.
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